
El coste de la campaña fue de más mil millones de dólares, y en ella participaron todas las grandes cadenas de TV, que por cada espacio publicitario comprado por la ONDCP (oficina federal antidroga estadounidense) se comprometían a donar un tiempo equivalente en propaganda gratuita. La campaña recibió durísimas críticas que iban desde el uso ilegal de fondos federales hasta la propaganda engañosa, pasando por la creación de dudosos vínculos entre consumo de drogas y terrorismo, pero lo peor estaba por llegar.

Tras esta evaluación, se aplicaron algunos cambios (un mayor énfasis en los daños del cannabis, la elevación de la edad del público objetivo), pero los resultados fueron idénticos. La desalentadora conclusión fue que la actitud de los jóvenes hacia el cannabis era independiente de su exposición a esta carísima campaña: 1.000 millones de dólares tirados a la basura. Los intentos de la ONDCP por extraer alguna consecuencia positiva de la campaña mediante la manipulación de los datos no convencieron al Congreso estadounidense, que prefirió fiarse de la evaluación del NIDA.

Las preguntas inevitables: ¿Las campañas de la FAD y el Plan Nacional Sobre Drogas se someten a algún tipo de evaluación? ¿No estaremos despilfarrando recursos que se podrían dedicar a cosas más útiles? ¿Tendrán algo que ver las campañas antidroga españolas con el aumento del consumo juvenil en nuestro país? Mucho nos tememos que ningún responsable gubernamental va a dar respuesta a estas preguntas.
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Boomerang ads - US government?s biggest ever attempt to use the media to turn US youth away from drugs
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2 comentarios:
La verdad es que no me extraña nada, las campañas de publicidad son para eso, para propagar una idea o concepto, si esta o este tenía como objetivo una disminución del consumo, mediante la abstinencia, algo cuasi ridículo, de ahí su fracaso, también es meter por los ojos un mundo que está ahí, y que para algunos jóvenes era inaccesible o sencillamente desconocido. Una vez abierta la puerta, ¿ quién va a impedirte entrar?. Si a esto le añadimos mentiras, o verdades tergiversadas, además el mensaje queda diluido, y nos queda el continente en exclusiva, vamos, que las campañas antidroga acaban por ser campañas de incitación al consumo de las mismas.
Este drogo cree en el viejo pascuero todavía...bueno, es comprensible; enajenación, delirios, alucinaciones, fantasmagorías, etc.
Es comprensible...lo malo es que hay que soportar a estos menores de edad...que mas encima se atreven a publicar sus vicios. Para lo único que sirven los menores es para mamar vergas. No me hagan mucho caso... Soy tonto y mascalmohadas.
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