30 noviembre 2005

La Oreja de Van Gogh, los porros y la hipocresía

Chicos sanos para la máquina
No suelo utilizar este blog para ventilar asuntos personales, pero tres comentarios borrados en el weblog de Tavad me obligan a hacerlo. Resulta que los chicos de Tavad han publicado una entrevista exclusiva con Amaia, vocalista del grupo donostiarra, en donde esta señorita pretende ofrecer una imagen intachable, al menos en un asunto que es la piedra de toque de la moralidad hoy en día: el uso de drogas ilegales.

Como quiera que San Sebastián es una ciudad pequeña, donde todo el mundo se conoce, es muy difícil guardar secretos y el uso de derivados del cannabis dobla aproximadamente la media nacional, en gran medida gracias a la tradicional tolerancia que reina en la capital de Guipúzcoa, he intentado afear la conducta de la cantante en los comentarios del weblog, cosa que no se me ha permitido. Es más, el administrador me ha acusado de "difamar" y "de propagar acusaciones gratuitas".
"Este blog no aceptará aquellos comentarios que constituyan difamaciones o acusaciones gratuitas, por considerar que atentan contra la dignidad y la imagen de los destinatarios de las mismas. Gracias a todos por respetar este principio de participación."
Si algún lector de narcoguerrilla dispone de fotos de algún miembro de La Oreja de Van Gogh fumando o liando un porro, será más que bienvenida para su publicación y posterior envío a los administradores del citado weblog. Y ahora, mis comentarios borrados.

Comentario 1
"Me consta que más de un miembro de la Oreja de Van Gogh fuma porros. Como decía La Rochefoucauld, 'la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud'. Los miembros de este grupo deberían callarse en cuanto a su uso de drogas para no ser unos hipócritas, porque predican una cosa y hacen otra."

Comentario 2
Un fragmento de un artículo de Diego A. Manrique:

"Además, cuando un grupo no tiene ni historia apasionante ni grandes teorías, hay que rellenar folios contando pequeñas anécdotas de su vida en carretera que revelen lo que ellos no quieren o no pueden articular. Imposible, insisten: precisamente, se intenta evitar que la prensa les pille con la defensa baja y que revele detalles tan "escandalosos" como quién fuma porros o la identidad del novio de Amaia. Alucina: pasa algo parecido en la misma revista y con el mismo periodista (saludos, Antonio Ortega) con Txinato y Extremoduro, que no esconden sus vicios pero que se enfadan si se cuentan."

Piedrecitas contra el imperio

De lo que se deduce que los miembros de La Oreja de Van Gogh esconden sus vicios y se enfadan si se cuentan.

Comentario 3
"Me he limitado a destacar (en dos mensajes que han sido rechazados) que es más que probable que algunos miembros de La Oreja de Van Gogh puedan estar ocultando determinadas aficiones por motivos de marketing. No he difamado a nadie, y más que contra la dignidad (que, en mi humilde opinión no depende de los porros que se fume uno), mi comentario atentaría contra la hipocresía de algunos músicos que proclaman una cosa y hacen otra."

23 noviembre 2005

De visita en otros weblogs

Alonso y Sarkozy: Dios los cría y ellos se juntan
De vez en cuando tengo la suerte de que me publiquen algo en otros weblogs mucho más visitados (y menos monotemáticos) que este. Ocurrió hace unas semanas en escolar.net, con un comentario sobre el alucinante giro hacia el prohibicionismo más rancio de nuestro actual ministro del Interior, José Antonio Alonso, y ha vuelto a ocurrir más recientemente en Malaprensa, una excelente iniciativa de Josu Mezo, con un mensaje sobre las manipulaciones estadísticas a las que se entregan algunos benefactores de la humanidad (en este caso, un soplapollas que responde al nombre de Josep Solans) en pos del objetivo, tan indeseable como irrealizable, de un mundo sin drogas.

Lo bueno de estas visitas es que pueden tener un efecto multiplicador, tanto mayor cuanto más populares sean los weblogs que recojan estas intervenciones. Quería manifestar mi agradecimiento a ambos bloggers por su amabilidad y, de paso, dirigir a los habituales de narcoguerrilla (si los hubiere, que el único suscriptor del feed es quien esto escribe) hacia unos artículos que podrían interesarles.

Y no puedo desaprovechar la oportunidad de recomendar la última entrada en el weblog de la FAC, que versa sobre un cuidadísimo estudio de los consumidores españoles de cannabis, publicado hace más de un año sin que haya perdido un ápice de actualidad.

Usuarios expertos de cannabis en España


18 noviembre 2005

Excesos verbales I: Dragó y la marihuana

Enlace a la web de la FACLa falta de actualizaciones recientes en narcoguerrilla no se debe por esta vez a la proverbial desidia del que suscribe, sino todo lo contrario. Durante un par de semanas (y en compañía del analéptico Hashman) me he entregado frenéticamente a preparar el nacimiento del weblog de la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC) y a alimentarlo con noticias y demás. Este nuevo weblog ya está funcionando con un ritmo de actualizaciones más que razonable.

Y, ya sin más, pasemos a los excesos verbales a los que hace referencia el titular
FSD: ¿La operación le dejó secuelas mentales?"(...) Sigo pensando que la marihuana, aunque no el hediondo hachís que nos venden los moros, es, si no del todo inocua, infinitamente menos dañina que el alcohol, la leche, el queso, la mantequilla, los embutidos, el azúcar, la harina refinada, la bollería industrial, los refrescos embotellados, las patatas fritas, los alimentos precocinados, la carne roja, las chucherías envasadas, las latas de conservas, la comida basura, los antibióticos, los corticoides, los antiinflamatorios, las benzodiacepinas y otros muchos venenos de más o menos libre circulación. Pero todas esas sustancias y compuestos tóxicos, además de los que se me quedan en el tintero, no son nada, absolutamente nada, si los comparamos con el producto más pernicioso para la salud que jamás haya existido: el tabaco. Y fue precisamente él, y no el cannabis, con el que a la fuerza, asqueado, lo mezclaba, lo que fue socavando gravemente mi salud".
La operación a vida o muerte de Sánchez Dragó

Fernando Sánchez Dragó cae de lleno en el error de pensar que algunos alimentos y sustancias son objetivamente dañinos y otros son estupendos, en cualquier circunstancia o en cualquier cantidad. Personalmente, si tengo una infección dental tomaré antibióticos siguiendo las indicaciones del médico; preferiré siempre un buen filete, un rico queso o un embutido de buena calidad a un asqueroso tofu (por muy sano que pueda ser este último); no le haré ascos a una bebida de Cola fresquita en un día caluroso de verano (por supuesto que con cafeína y azúcar), pero a la hora de la comida, especialmente en compañía de amigos, me abstendré de refrescos y procuraré beber un buen vino; me encanta la leche con Cola-Cao antes de dormir y, en fin, me fumaré un canuto de buen hachís (que lo hay) o de buena marihuana cuando me apetezca.

En resumen, que algunos supuestos antiprohibicionistas dan la impresión de que, si se les dejara, liberalizarían la marihuana para prohibir a continuación todo lo que no les gusta a ellos. Hay que ver las tonterías que pueden llegar a decir ciertas personas tenidas por inteligentes.

04 noviembre 2005

Cambios en narcoguerrilla

Las pequeñas leyes se juntan para formar grandes tiraníasHe incluido dos secciones nuevas en el menú de la izquierda. "Traducciones" es, como su nombre indica, una recopilación de traducciones de documentos que me parecieron lo bastante buenos en su idioma original como para verterlos al castellano y que hasta ahora estaban desperdigados por mil sitios. Los asuntos tratados no siempre guardan relación con el antiprohibicionismo, pero los considero en todo caso interesantes.

Por otra parte, en "Asuntos candentes" he puesto enlaces a varios artículos ajenos que, en mi opinión, merecen una lectura detenida. Todos ellos son muy recomendables, desde el magnífico trabajo de Martín Barriuso) (La prohibición de las drogas, del tabú moral a la desobediencia civil) hasta el ataque a degüello contra el Informe Acebes de Mikel A. Valverde (Salud Pública y Política: A propósito de un plan antidroga), pasando por El secreto de la prohibición mundial de drogas, de Harry Levine, una de las cabezas mejor amuebladas de la lucha por la normalización.

En la sección de enlaces, aparte de ordenarlos alfabéticamente para una mayor comodidad, he incorporado una excelente página de noticias relacionadas con el uso terapéutico de la marihuana y la web oficial de Antonio Escohotado, que no necesita presentación.

Y, hablando de buenos artículos, es muy recomendable este Cannabis: legal o ilegal, me da igual, donde su autor, Amando Vega, aboga por un cambio en el planteamiento de la política sobre el cannabis. Es muy de agradecer que el IEA lo publique y que la Revista de Adicciones empiece a dar entrada en sus páginas a otros discursos distintos al sempiterno alarmismo que viene caracterizando a la drogabusología desde el principio de los tiempos.

02 noviembre 2005

La resurrección de Leah Betts

Imagen de Leah usada en una campaña contra el Éxtasis
The Guardian entrevista a una amiga de Leah Betts, cuya muerte por hiponatremia sirvió de combustible para una feroz campaña contra las "pastillas de la muerte" hace ya diez años. La mención obligada a la sobredosis de agua (siete litros en una hora) que fue la verdadera causa de este triste suceso se encuentra oculta casi al final del artículo y, de hecho, en la entradilla se insiste en que Leah murió "por tomar éxtasis".

Me parecería bien si se hiciera lo mismo con las frecuentes muertes por hiponatremia en deportistas: "Fulanito murió por correr en una maratón" o "Menganito murió por hacer footing", pero no es lo habitual ni va a serlo en un futuro. En ningún momento se menciona en el artículo que esta muerte se podría haber evitado con una mayor difusión de las recomendaciones sobre hidratación y éxtasis. Desde luego que tener un padre dedicado a luchar contra "la droga" sirve de muy poco en estos casos.

De paso, en el artículo se habla del uso de Éxtasis en niños ingleses de hasta diez años y en cantidades de hasta veinte pastillas diarias. Exageraciones aparte, lo que es una consecuencia de la prohibición se presenta una vez más como uno de los motivos para mantenerla. Como esto siga así, el anuncio de la guardería de la FAD ("aquí los pastilleros, allí los cocainómanos") se va a convertir en una de tantas profecías autocumplidas.

Más en:
Ten years have passed - yet I'm still haunted by Leah's death