Y, ya sin más, pasemos a los excesos verbales a los que hace referencia el titular
"(...) Sigo pensando que la marihuana, aunque no el hediondo hachís que nos venden los moros, es, si no del todo inocua, infinitamente menos dañina que el alcohol, la leche, el queso, la mantequilla, los embutidos, el azúcar, la harina refinada, la bollería industrial, los refrescos embotellados, las patatas fritas, los alimentos precocinados, la carne roja, las chucherías envasadas, las latas de conservas, la comida basura, los antibióticos, los corticoides, los antiinflamatorios, las benzodiacepinas y otros muchos venenos de más o menos libre circulación. Pero todas esas sustancias y compuestos tóxicos, además de los que se me quedan en el tintero, no son nada, absolutamente nada, si los comparamos con el producto más pernicioso para la salud que jamás haya existido: el tabaco. Y fue precisamente él, y no el cannabis, con el que a la fuerza, asqueado, lo mezclaba, lo que fue socavando gravemente mi salud".La operación a vida o muerte de Sánchez Dragó
Fernando Sánchez Dragó cae de lleno en el error de pensar que algunos alimentos y sustancias son objetivamente dañinos y otros son estupendos, en cualquier circunstancia o en cualquier cantidad. Personalmente, si tengo una infección dental tomaré antibióticos siguiendo las indicaciones del médico; preferiré siempre un buen filete, un rico queso o un embutido de buena calidad a un asqueroso tofu (por muy sano que pueda ser este último); no le haré ascos a una bebida de Cola fresquita en un día caluroso de verano (por supuesto que con cafeína y azúcar), pero a la hora de la comida, especialmente en compañía de amigos, me abstendré de refrescos y procuraré beber un buen vino; me encanta la leche con Cola-Cao antes de dormir y, en fin, me fumaré un canuto de buen hachís (que lo hay) o de buena marihuana cuando me apetezca.
En resumen, que algunos supuestos antiprohibicionistas dan la impresión de que, si se les dejara, liberalizarían la marihuana para prohibir a continuación todo lo que no les gusta a ellos. Hay que ver las tonterías que pueden llegar a decir ciertas personas tenidas por inteligentes.
1 comentario:
Vaya hombre, se me escapó este comentario tuyo. Esta febril vena creativa te está haciendo ciertamente ubícuo. No hay quien te siga la pista , my friend.
El analéptico se ha limitado a poner el patio de su casa a tu disposición. El mérito del site de la FAC es -ya de seguro- enteramente tuyo.
Me encanta verte dándole caña al dragón :-)
un abrazo
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