narcoguerrilla

Rehabilitación mortal


No creo que oigamos mucho de esto en nuestros píos medios de comunicación antidroga, pero para eso está este weblog. Me gustaría hablar de una muerte por golpe de calor en la que no medió el Éxtasis, precisamente.


Resulta que en EEUU existen campos de reeducación para jóvenes drogotas. Algo de esto salió en un reportaje sobre la represión de la marihuana en EEUU emitido hace unos años, donde un sheriff con aspecto de Obersturmbahnfuhrer se enorgullecía de lo bien que les sentaban a los reclusos a su cargo el uniforme y las cadenas en los pies. Muchos de ellos, adolescentes casi púberes, estaban allí por mero consumo o por cultivo casero de marihuana.


Si conocéis el chiste de la decapitación como remedio para el dolor de cabeza, esta historia suena parecida: la mejor forma de rehabilitar a alguien de las drogas es liquidándolo. Muerto el perro, se acabó la rabia.


Los padres de Anthony Haynes han aprendido esta dura lección en la carne de su hijo de 14 años, que murió el pasado verano -y dan la noticia ahora!- en uno de estos centros situado en Phoenix, Arizona.


A primeros de este mes se arrestaba al director del lager, perdón, del campo, bajo la acusación de asesinato en segundo grado, según informaba AP el pasado 16 de febrero. A los padres de la víctima no les habrá hecho ninguna gracia conocer la noticia de que Charles Long, que así se llama el director, guardaba un cuarto de libra de marihuana en su armario.


La causa probable de la muerte fue que, tras manifestar Haynes su deseo de abandonar el campo, fue obligado a comer barro y a permanecer varias horas bajo el sol de mediodía por "cobardica". Tras cinco horas, se le llevó a un motel para refrescarlo en la bañera. El forense dictaminó "complicaciones derivadas de deshidratación y cuasi ahogamiento" como causas de la muerte.


La reflexión que suscita este hecho, por muy anecdótico que pueda parecer, es ineludible. No se me ocurre mejor metáfora para la guerra contra las drogas: los mismos que nos las prohíben y que nos matan a nosotros y nuestros hijos con sus "tratamientos", trafican con ellas y se las meten en secreto. Acabemos con esta farsa de una puta vez.


Fuente: Worldnetdaily