10 noviembre 2012

El saludable malestar: Niños y porros





«Aunque los porcentajes de consumo de cannabis en el último mes son elevados, el estudio realizado por el EMCDDA y el PNSD Consumo problemático de cannabis en estudiantes españoles de 14-18 años muestra cómo a partir de la aplicación del cuestionario de cribaje del consumo problemático de cannabis (CAST), el 93,2% de los consumidores de cannabis se sitúan en la categoría de "ningún riesgo de abuso", el 6% en un "bajo riesgo de abuso", y sólo el 0,9% en un "alto riesgo de abuso". Estos datos son producto de un proceso de investigación para validar tres escalas de cribaje del consumo de riesgo o problemático de cannabis, por tanto, los datos del estudio del EMCDDA y el PSND, pueden acaecer de fiabilidad psicométrica, pero sirven para ilustrar cómo sólo una minoría de consumidores de cannabis desarrollan problemas.

Estudios etnográficos como el "Observatori de Nous Consums deDrogues", corroboran la baja incidencia de los consumos problemáticos de cannabis.  El Observatori apunta cómo "el consumo de cannabis es propio de la adolescencia tanto por el componente transgresor como por las ganas de ser diferente, aunque solo una minoría desarrolla problemas(…).  A partir de los 20-22 años disminuye el consumo repetitivo de cannabis durante los tiempos formales, reservándose el consumo para los tiempos informales una vez cumplidas las obligaciones diarias (Martínez Oró, et al., 2009)»


David Pere Martínez Oró

El saludable malestar. Análisis crítico de la salud de los adolescentes españoles.

Imagen: The War Against Terror and The War, On Drugs, by Nigel Ayers

14 julio 2012

Guerra contra las drogas y presente circular



«Decía el historiador giego Polibio que "la humanidad no posee regla mejor de conducta que el conocimiento del pasado". Y si lo decía es porque sabía que la memoria colectiva de lo contemporáneo es algo tremendamente frágil. Por eso no dejaremos de preguntarnos a qué se debe tanta obstinación en negar cualquier antecedente histórico en materia de drogas que pueda vincular el presente con el pasado.

Desde luego, en la respuesta social ante el fenómeno de las drogas hay muchos actores involucrados: medios de comunicación, políticos, jueces, policías, médicos, sociólogos, economistas, filósofos, afectados directos, familiares, etc. La existencia de tantos agentes sociales implica muchas visiones y posibles soluciones que vienen discutiéndose desde hace décadas. Unos plantean el tema desde un punto de vista educativo, otros lo abordan desde una perspectiva exclusivamente sanitaria y no faltan quienes lo analizan desde una óptica cultural, ni aquellos que básicamente lo entienden desde una expectativa moral. Seguramente, todas las posturas tienen su razón de ser, pero al escuchar a la mayoría de estos actores constatamos que la perspectiva histórica ha quedado relegada y hablan de la cuestión como si se tratara de un problema que tuviera que redefinirse continuamente. En eso coinciden todos. Para esos agentes sociales parece que no existe pasado, sino una especie de presente circular. Es como si les molestara indagar sobre los orígenes del fenómeno, no fuera a ser que descubriéramos que todo se reduce al producto de la locura de unos cuantos fanáticos timoratos. Una locura que, después de ser asumida por los poderes públicos como una excelente herramienta de control social y, a la vez, fuente de financiación para guerras y revueltas de todo tipo, y convenientemente amplificada por los medios de comunicación, efectivamente se ha convertido en un problema social crónico»

De: "¿Problema social o camelo mediático? El fenómeno de las drogas en España, entre la percepción objetiva y la repercusión real"

- En Juan Carlos Usó Arnal: Píldoras de realidad

Reseña de PDR en Cáñamo 
Comentario de Mariano Antolín Rato en Cáñamo


- Web de Juan Carlos Usó

09 enero 2012

Mexico: Banqueros, drogas y armas

Mexico's drug war - The Big Picture - Boston.com
Si uno analiza a quién beneficia el narcotráfico uno encontrará quién es el más interesado en que el narcotráfico siga en su carácter ilegal y que la guerra siga. Se calcula que de los 800 000 millones de dólares que anualmente significan el narcotráfico, el 1 % va a los productores. Sin embargo la guerra contra el narcotráfico se despliega mucho contra los productores, contra los pequeños distribuidores y en todo el aparato del sicariato en esos niveles, pero nunca toca los estratos financieros y de lavado del dinero de "arriba", tanto en Europa como en Estados Unidos; es decir, no hay redadas de banqueros, no hay investigaciones de bancos. Mientras Europa y EU reciben cuantiosas cantidades de este negocio, encubren también, al nivel ideológico y en los grandes medios de comunicación, lo que representa el negocio de las armas, donde el principal comerciante, productor y beneficiado del negocio de las armas es Estados Unidos, Israel, Rusia, Alemania… de tal manera que las armas van, las armas vienen, y este es el principal negocio, más lucrativo que el otro. Entonces le venden a unos y a otros: arman a los ejércitos locales para que hagan la guerra contra el narcotráfico, y, al mismo tiempo, venden las armas a los narcotraficantes: casi el 90 % de las armas en México son estadounidenses: es un negocio redondo; es decir, crece el consumo, nunca se hace ninguna campaña efectiva para que el consumo decrezca.

Además, el consumo se induce de manera clara en sectores potencialmente peligrosos para el status quo: jóvenes, universitarios, negros, minorías, chicanos… a quienes no solamente se les controla a través de incrementar el uso de los narcóticos, sino también a partir de la criminalización de sus barrios. Se introducen como fuerza para controlar ese supuesto crimen inducido, más policías y más dinero para armas y para todos los aparatos de seguridad. Entonces cuanto más se analizan los beneficiarios de todo este comercio ilegal o legal de armas, el narcotráfico, trata de personas, prostitución, trabajadores indocumentados, etc. más llegamos a la conclusión de que la “guerra del narcotráfico” es una guerra impuesta por Estados Unidos. (…)  Entonces México se ve ocupado, literalmente, por todos estos aparatos militares y de inteligencia, que a su vez son controlados por la misma mafia.

¿Para qué ha servido la guerra contra el narcotráfico en México durante estos cinco años? Para el despliegue del ejército en todo el territorio nacional, el control de la seguridad pública por los militares, la penetración de todas las agencias de espionaje estadounidense que controlan los aeropuertos, las aduanas y las entradas y salidas de personas en el país, la criminalización de todos los movimientos y la inclinación del país a la órbita de la estrategia de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, que es el otro elemento que está presente, es el hermano gemelo de esta guerra. De tal manera que de pronto comienza a surgir el “narcoterrorismo”, y entonces ya está completo el cuadro. Si así todas las organizaciones pueden, de alguna manera, compaginar con esto pues mejor, porque así no sólo controlo todo el aparato contra los supuestos criminales que finalmente están al servicio del empresariado nacional, sino que al mismo tiempo golpeo todo movimiento social que se oponga a estas fuerzas del mercado.
Entrevista á Gilberto López y Rivas, antropólogo y ensayista mexicano – Segunda Parte

06 diciembre 2011

La prohibición del uno por ciento


La prohibición es la herramienta del 1% para dominar al 99%. Los ciudadanos individuales sufrimos la mayoría de los problemas (discriminación, criminalidad y problemas de salud), mientras que arriba en la pirámide, entre las élites, el caso es precisamente el contrario. Allí la prohibición representa una fuente inagotable de poder y dinero.

Según la imagen creada por los medios de comunicación controlados por las élites, los problemas asociados con las drogas son causados por las drogas mismas y no por las políticas implementadas. Por ello la lucha antiprohibicionista jamás va a movilizar a las masas. En los últimos veinte años hemos tratado de establecer diálogos con autoridades mediante nuestra presencia en los niveles más altos de la elaboración de las políticas de drogas: la ONU y la Unión Europea. Hemos presentado miles de argumentos, informes, estudios y propuestas para experimentar sistemas alternativos a la prohibición que promuevan la salud y la seguridad pública para todos, mostrando cada vez que la prohibición de drogas está logrando precisamente lo contrario. Pero hemos visto que estos diálogos son inútiles. La esperanza es que sirvan para flexibilizar sobre las políticas, pero hasta ahora el resultado ha sido el contrario.

Los espacios mentales creados por el mensaje antiprohibicionista muy pronto han sido llenados por los especialistas profesionales. Ellos han aceptado el discurso oficial según el cual hay que reducir los daños de las drogas, y que para ello hace falta la supervisión de un médico o de un policía. En realidad es una cuestión de sentido común. Los políticos defenderán el “consenso” detrás de la prohibición hasta el momento en que no les sirva más hacerlo. En lugar de dialogar tenemos que contribuir a la solución de su problema: creando alternativas al mercado ilegal.

Joep Oomen, Encod Del Extra 50 años de prohibición en la revista Cáñamo (*.pdf)

04 noviembre 2011

Haciendo números en la guerra contra las drogas

Estupendo vídeo de la HCLU lanzado el pasado mes de agosto con motivo de la campaña "Count The Costs". Corto, contundente y subtitulado en 6 idiomas (vía el botón cc de YT). Steve Rolles, eficacísimo activista de Transform (UK), es el hilo conductor del vídeo.

21 enero 2011

Whoonga, el nuevo Jenkem

El Mundo y otros periódicos se han hecho eco de la aparición del whoonga, "nueva" droga dañina, adictiva hasta decir basta, mortal de necesidad, etc. que estaría causando estragos en Sudáfrica. En realidad, es imposible saber qué cojones es el whoonga de marras, como no sea una mezcla absurda de drogas ciertamente psicoactivas, como la marihuana o la heroína, y un antirretroviral llamado Efavirenz,que se machacaría para fumarlo mezclado con sustancias citadas. En Dose Nation, un enfermo en tratamiento con este fármaco dice que sí es psicoactivo, pero que sus efectos no son en absoluto agradables ("I usually describe it as "the opposite of ecstasy - misery". It seems more like a deleriant than anything"), así que muy adictivo no parece. Todo indica que nos encontramos ante una leyenda urbana que ha dado lugar a una profecía autocumplida, es decir, que la publicación irresponsable de la noticia estaría contribuyendo a la propagación de una práctica tan idiota como dañina, especialmente para los enfermos que sí necesitan estos antirretrovirales y que, al parecer, estarían siendo asaltados por los creyentes en el meme. Una vez más, el alarmismo congénito que acompaña a las noticias sobre drogas impìde el análisis racional de unos hechos que, se mire por donde se mire, invitan al escepticismo.

Otros casos de "nuevas" drogas inventadas por el periodismo del miedo:
Jenkem: ¿Una leyenda urbana o una droga de verdad?
Strawberry Quick