Singapur es famosa por su pujante actividad económica, por las multas de escándalo que te ponen por mascar chicle y por la facilidad con la que te pueden echar la soga al cuello -literalmente hablando- por asuntos de drogas. Esto último lo saben muy bien los dos hijos gemelos de Shanmugam Murugesu, que se han lanzado a la calle para pedir una clemencia hacia su padre que rara vez se da en esta ciudad-estado asiática; desde 1991, 400 supuestos traficantes han sido ahorcados y sólo se ha otorgado la gracia en 6 casos.
¿El delito de Murugesu? Le pillaron con seis paquetes que contenían un total de 1 kg. de marihuana cuando circulaba en moto por las calles del lugar que William Gibson (Neuromante) definió acertada y mordazmente como una "Disneylandia con pena de muerte". El caso es que, si nadie lo impide, este hombre será ejecutado -"asesinado" sería un término más preciso- a primeros de mayo. He encontrado una página desde donde puedes copiar una petición de clemencia y enviársela al hijo de puta que preside este paraíso fiscal -donde se lava a mansalva y sin ahorcamientos el dinero negro de la zona, en gran parte producto del narcotráfico- y a algunos de sus ministros. No cuesta mucho hacerlo y hay una vida en juego por un puto kilo de maría:Información sobre el caso en inglés)
Petición de clemencia (en inglés)
Se debería enviar a las direcciones que figuran en el primero de los enlaces.
Informe de AI sobre Singapur, el país que más aplica la pena de muerte en todo el mundo:
Singapur: Secreto en torno a las elevadas cifras de ejecuciones

A falta de un día para que se cierre la recogida de firmas a favor del informe Catania, el resultado de esta iniciativa de ENCOD es ambivalente. Por un lado se ha alcanzado un número de firmas bastante respetable (casi 42.000 en el momento de escribir este post) pero, por otro, la inmensa mayoría provienen de un solo país de la Unión, en concreto de Polonia. Es incomprensible que no se haya movilizado a los activistas de Francia e Inglaterra -dos de los países más poblados de la UE-, donde se podrían haber recogido muchas más firmas. Los resultados de Alemania y España son más razonables, pero quedan jibarizados al lado del tremendo empuje polaco.